martes, 9 de febrero de 2010


Querido amigo mío, lejano y abrupto, entre mis zarzas has crecido.
Te podré decir, por ejemplo, que soy y me siento antigua y añeja...
Que las melodías que escuchan mis oídos, por nuevas que sean, ya las he vivido...
Que la noche me atrae y se me reproduce en gorgoteo interno...
Que te siento cerca o lejos, distantemente dentro...
Que soy, a veces, lo que tú quieres que sea, de cerca o lejos...
Que pienso y siento como tú lo haces a veces...
Solo y sin tiempo...
Hilvanando... el tiempo...

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